Siempre positifo

Alguien que siempre es positivo y alegre

Los seres humanos son genuinamente alegres y positivos, pero hay muchas fuerzas externas que nos influyen, creando un espacio para los momentos de desánimo y pensamiento negativo. En los últimos 15 años de mi carrera, he tenido la oportunidad de trabajar con muchos equipos de personas con diferentes personalidades y he visto a todos pasar por estas fases negativas de vez en cuando. Estos son algunos de mis aprendizajes adquiridos a lo largo del tiempo que me ayudan a ser positivo todo el tiempo.
Lo que añado es motivar y animar a otros que están pasando por momentos difíciles y ayudarles a ser positivos. Aprender de los modelos de conducta que han pasado por escenarios difíciles en sus vidas y han salido de ellos y han logrado sus aspiraciones.
No podemos descartar la gravedad del electrón, que aunque aparentemente sea negativo, sólo tiene la cualidad de compartir, enriqueciendo a todos con un nuevo valor cualitativo sin embargo, bonito post enriquecedor. Disfrutado de la lectura. Gracias por compartirlo.

La distancia siempre es positiva

El objetivo de esta tarea es que los alumnos comprendan la razón por la que tiene sentido que el producto de dos números negativos sea positivo. La idea es que si las propiedades de las operaciones con las que estamos familiarizados cuando hacemos aritmética con números positivos son universales, entonces tenemos que definir la multiplicación en números con signo de la forma en que lo hacemos. La tarea sólo funciona con un único ejemplo, pero el argumento funcionaría para dos números negativos cualesquiera.
Si se observa que los múltiplos disminuyen en 5 cada vez, entonces la forma natural de continuar el patrón es rellenar -5, -10 y -15 en las tres celdas vacías de la tabla. Seamos explícitos o no, este argumento también se basa en la propiedad distributiva. Por ejemplo,

La desviación estándar es siempre positiva

Los comportamientos incívicos suponen un ataque a las normas sociales relacionadas con la protección de la propiedad pública y el respeto a la vida comunitaria. Sin embargo, al mismo tiempo, la baja frecuencia y la relativamente baja intensidad de los daños causados por la mayoría de estos comportamientos podrían llevar a considerar las incivilidades como una acción típicamente humana. El objetivo de este conjunto de estudios es examinar las asociaciones automáticas que las personas establecen entre lo humano y los comportamientos cívicos e incívicos. En tres estudios, los comportamientos incívicos se asociaron más fuertemente con imágenes humanas que con imágenes de animales (estudio 1) y con palabras relacionadas con humanos que con animales (estudio 2). Reprodujimos el estudio 2 con conductas incívicas que no priman gráficamente a los seres humanos (estudio 3). En general, nuestros resultados mostraron que las conductas incívicas y los comportamientos cívicos estaban claramente asociados con conceptos humanos. Nuestros hallazgos tienen implicaciones directas para la conceptualización de lo humano y su negación.

Actitud siempre positiva

Todos hemos recibido el bienintencionado consejo de «ser positivos». Cuanto mayor es el reto, más puede parecer que esta sabiduría del vaso medio lleno es polilántica y poco realista. Es difícil encontrar la motivación para centrarse en lo positivo cuando la positividad no parece más que una ilusión.
El verdadero obstáculo para la positividad es que nuestros cerebros están programados para buscar y centrarse en las amenazas. Este mecanismo de supervivencia sirvió a la humanidad cuando éramos cazadores y recolectores, y vivíamos cada día con la amenaza real de ser asesinados por alguien o algo en nuestro entorno inmediato.
Eso fue hace muchos años. Hoy en día, este mecanismo fomenta el pesimismo y la negatividad a través de la tendencia de la mente a divagar hasta encontrar una amenaza. Estas «amenazas» magnifican la probabilidad percibida de que las cosas vayan -o vayan a ir- mal. Cuando la amenaza es real y está al acecho en los arbustos del camino, este mecanismo es muy útil. Cuando la amenaza es imaginaria y te pasas dos meses convencido de que el proyecto en el que estás trabajando va a fracasar, este mecanismo te deja con una visión agria de la realidad que causa estragos en tu vida.